Como estamos siendo demasiado bombardeados de mensajes por la pandemia ocasionada por el Covid-19 desde una multitud de medios de comunicación y tenemos que quedarnos en casa, según ha sido decretado, hemos decidido hablar sobre otro concepto que no sabemos si conocéis: La Procrastinación.
Procrastinar significa diferir, aplazar según la RAE.Os queremos proponer cambiar la perspectiva sobre el confinamiento -para todos los que debemos quedarnos en casa- y apreciarlo y emplearlo como una oportunidad.
Puede ser una oportunidad para pasar más tiempo con nuestros familiares, poner orden en nuestro interior y también hacerlo fuera y organizar nuestro entorno; es decir, hacer limpieza en casa y deshacernos de objetos inútiles que tenemos guardados desde hace mucho tiempo, ordenar el armario, hacer limpieza también en los móviles y ordenadores; y además sacar tiempo para dedicarlo a aquellas cosas que nos gustan pero que nuestras ajetreadas vidas no nos permiten realizar asiduamente: practicar hobbies como leer algún libro que tenemos pendiente y/o ver alguna serie que nos han recomendado hace meses, pintar, repasar nuestro inglés o nuestro francés, meditar, jugar más tiempo con nuestras mascotas, darnos un baño de espuma, hacer manualidades…
Para ello lo primero que necesitamos es preguntarnos qué es lo que nos gusta hacer para sentirnos bien, o al menos, para sentirnos mejor dentro de este momento de incertidumbre en el que nos hallamos inmersos.
Normalmente, lo que nos impide hacer este tipo de cosas con las que tanto disfrutamos es la falta de tiempo. Por ello, os proponemos hacer una lista en la que reflejéis aquellas que podéis hacer ahora, y otras que podréis realizar después del confinamiento. Seguro que gracias a todas las tareas que estáis adelantando en todo este tiempo, vais a poder permitiros después hacer aquellas que así elijáis.
Recuerda que esta situación es temporal y nos permite, ahora, ganar un tiempo “extra” para llevar a cabo todo aquello que luego nos dificultarán los múltiples y habituales quehaceres de nuestra vida normal.
También hemos subrayado con anterioridad la importancia de atender a nuestro mundo interior, a analizar cómo nos sentimos. Podemos aprovechar este tiempo para dedicárnoslo a nosotros mismos.
Es útil y funcional que dediquemos este tiempo, por ejemplo, a elaborar una nueva receta de un bizcocho, del mismo modo que lo es el que mantengamos una buena salud mental y aprovechemos para aprender a valorar y priorizar lo verdaderamente importante, desarrollar la solidaridad, la empatía y la gratitud cada día, crecer a nivel individual y colectivo, tomar conciencia de qué es lo que necesitamos y cómo queremos pasar el resto de nuestra vida cuando la pandemia acabe.
Para cuidar nuestra salud mental es importantísimo que planifiquemos el día a día y mantengamos nuestra rutinas de la forma más similar posible respecto a los días anteriores al confinamiento. Os proponemos algunos consejos en función de las áreas a las que pertenezcan:
- Higiene: Si estoy acostumbrado a ducharme cuando me levanto, continúo haciéndolo, y después me visto de calle (aunque sea con ropa más cómoda de lo habitual), pero no me coloco nuevamente el pijama. Lo mismo vale para otras medidas de higiene como lavado de dientes, peinado…
- Alimentación: En primer lugar, intenta mantener tu horario de comidas y número de ingestas habituales; atiende a tus sensaciones de hambre y saciedad; planifica bien la compra y evita, en la medida de lo posible, la compra de productos refinados y la comida rápida; si nos dan “ataques de hambre” prioriza tener visibles algunos tentempiés saludables: fruta, zanahoria, frutos secos, etc.; come despacio y mastica con consciencia; tómate tiempo para cada comida y recarga pilas relajadamente; no te dejes distraer por el móvil o la televisión mientras comes; no te olvides de beber agua; lleva un diario alimenticio, si es necesario. Y, sobre todo, comprende la situación y sé flexible. Tenemos que cuidar de nuestra alimentación porque beneficia a nuestra salud física y psicológica. No te centres en el peso ni te exijas más obligaciones que las que conlleva el propio confinamiento en sí.
- Ejercicio: Si tienes una hora al día, más o menos establecida para hacer ejercicio, trata de habilitar un espacio en casa para mantenerlo, aunque no sea de la misma forma. No pierdas ese hábito que te ha costado tanto adquirir y que te proporciona tantos beneficios. Otras opciones son: subir y bajar las escaleras del edificio, ir a la terraza y caminar mientras tomas el aire y te da algo el sol, seguir utilizando el contador de movimientos, buscar videos virtuales para mantenerte activo/a, hacer estiramientos, utilizar la cinta andadora o bicicleta estática… Bien entendido que todo esto se hará partiendo de nuestra elección, como ocurre con la alimentación, porque el sedentarismo es perjudicial para la salud; pero, ¡ojo! no estamos obligados a cumplir con determinados días ni horas semanales. Escúchate, nadie mejor que tú sabe cuándo lo necesitas.
- Sueño: El descanso es importantísimo. Quizás en estos días puedas permitirte algunas horas más de descanso, pero te aconsejamos que sigas un patrón de sueño regular. Puedes probar cuántas son las horas de sueño que necesitas para estar activo el resto del día. Esto te ayudará a aprender sobre la hora a la que tendrás que acostarte cuando vuelvas a la rutina de la vida cotidiana.
- Emocional: Mantén contacto físico y virtual con tus seres queridos; muéstrales tu apoyo a aquellos que estén más aislados o más preocupados por la situación; acepta la situación tal y como es, cuida tus pensamientos y dirige tu atención a los aspectos positivos que toda situación conlleva; prioriza información veraz de fuentes oficiales y procura no estar sobreinformado; comprende todas y cada una de las emociones que sientas, date tiempo para reconocerlas y expresarlas; y pide ayuda si te sientes desbordado emocionalmente.
Por último, no olvides que esta situación acabará, más tarde o más temprano, y que en casa estamos a salvo.