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La vida es movimiento (Parte I): El síndrome de inmovilización

La mayoría de nosotros ha tenido alguna vez algún familiar o amigo cercano que está cuidando de otra persona, la cual por distintos motivos y patologías se encuentra en una situación por la que debe guardar reposo en cama. El reposo es necesario para el cuerpo pero, prolongado en el tiempo, puede tener consecuencias nefastas.

El reposo prolongado en cama produce múltiples cambios y complicaciones. Puede suceder a cualquier edad, pero los ancianos son los que están en mayor riesgo de inmovilización por su declinación biológica normal. Llamaremos inmovilidad al descenso de la capacidad para desempeñar actividades para la vida diaria por deterioro de las funciones motoras. El ndrome de inmovilización es la suma de los daños que aparecen en el organismo como consecuencia de la falta de movimiento.

El síndrome de inmovilización se da en una persona, que solía ser independiente en sus AVD (actividades de la vida diaria), como consecuencia de la inactividad prolongada y permanencia en cama, independientemente de la enfermedad que lo haya llevado a ese estado. Los pacientes que han sufrido una cirugía del ámbito de traumatología también pueden pasar largos períodos de inmovilización, por lo que es necesario un proceso post-quirúrgico correcto que le devuelva la autonomía al paciente y la absoluta recuperación.

Las consecuencias del síndrome de inmovilización son:

  • Limitación marcada de la motilidad
  • Disminución de la sensibilidad propioceptiva
  • Pérdida del esquema corporal y de los esquemas motores
  • Trastornos de equilibrio
  • Contracturas musculares
  • Amiotrofia
  • Retracciones tendinosas, rigidez y anquilosis articular.
  • Desmineralización ósea (osteoporosis)
  • Relajación de esfínteres o pérdida del control de esfínteres
  • Úlceras por decúbito
  • Éstasis pulmonar
  • Anorexia con su consecuente desnutrición
  • C
  • Deterioro mental progresivo.

3 semanas de inmovilización significan la pérdida del 50% de la masa muscular y 8 semanas la pérdida del 16% de la masa ósea.

Después de 8 semanas de inmovilidad se desarrolla intolerancia a carbohidratos y y el riesgo para desarrollar trombosis venosa profunda es mayor, así como para desarrollar hipotensión ortostática, úlceras de presión y anquilosis articular.

EFECTOS DE LA INMOVILIZACIÓN

 El aparato locomotor es el órgano más afectado por el reposo, ya que es el que se encarga directamente del movimiento.

Los efectos de la inmovilización sobre los diferentes órganos los podemos resumir en los siguientes puntos:

Afectación articular:

Hay articulaciones especialmente sensibles a la inmovilización, sobre todo si se inmovilizan en mala posición. Tobillo, rodilla y cadera. También hay una pérdida de la elasticidad, engrosamiento y acortamiento de la cápsula articular y ligamentos. Las fibras colágenas se hacen menos distensibles y tienen tendencia a fijar la articulación en la posición en la que está inmovilizada.

Afectación muscular:

Perdida de funcionalidad muscular: aparece a velocidad doble si el músculo se inmoviliza en posición acortada

Pérdida de fuerza: los músculos de extremidades inferiores, sobre todo los antigravitatorios (cuádriceps), pierden fuerza a velocidad doble que los músculos de las extremidades superiores. La recuperación de fuerza es más lenta que su pérdida.

Osteoporosis: Debida a inmovilización, es la forma de osteoporosis secundaria más frecuente. Se observa tras la inmovilización por fractura y aparece frecuentemente en parálisis.

Alteraciones en el Sistema Nervioso Central:

Disminución de estímulos cinestésicos, visuales, auditivos, táctiles y sociales, que producen alteración en la coordinación, el equilibrio y la percepción.

 

Debido a todos los factores anteriores, está claro que es fundamental plantearse un tratamiento preventivo con movilización, en todas aquellas personas que se encuentren en esta situación.

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